En
1843, el escritor Charles Dickens esgrimió un cuento sobre la navidad, no sobre
el nacimiento de cristo ni nada religioso, sino sobre las festividades paganas
en un época en la que este tipo de festividades no se celebraban en la
Inglaterra Victoriana. Relatando unos acontecimientos traumatizantes para su
protagonista un hombre casi sin corazón y sólo interesado en el dinero cambia
su forma de pensar absolutamente con la visita de tres fantasmas: el fantasma
de la Navidad Pasada, el fantasma de la Navidad presente y el fantasma de la
Navidad futura. La trama del libro es la más conocida de los cuentos navideños
(Con permiso del doctor Seuss), el gran referente de la navidad jamás escrito.
Un
libro tan imprescindible tanto en la literatura como en el cine o cualquier
tipo de material. Una historia absolutamente universal que ha trascendido más
allá de lo simplemente literario transformándose por completo en una realidad
mágica que sólo es posible sentir, disfrutar y apreciar esta gran historia de
Charles Dickens que ha sido una de las más adaptadas a lo largo de la historia.
Recientemente (Hace unos seis años, en realidad) se ha hecho una especie de
versión definitiva, de la que hablaré más tendido en un par de posts en donde intentaré averiguar más
sobre esta historia.
Esta
película sigue al dedillo la trama ya de sobre conocida de ‘Un Cuento De
Navidad’ de tres fantasmas, además de sus consecuencias, pero la adapta a los
‘tiempos modernos’ (Hay que recalcar que esta película es de 1988, y es, por su
estética, hija de su tiempo) haciendo que pueda ser contada en la Nueva York de
los años 80, alejándose de la época inicial Victoriana en la que fue concebida.
Esta película no sólo es hija de su tiempo, sino que desde su concepción fue
creada al servicio de la imagen de Bill Murray, en aquella época, como Brad
Pitt o George Clooney ahora, y era una apuesta segura por parte de los
productores y Paramount Pictures.
El
personaje de Billa Murray es exactamente lo mismo que podría ser Scrooge, pero
hoy en día (O quizás en aquel día), un personaje despreciable solamente
interesado en el dinero y en el trabajo (Aunque en este caso también en el
control de los medios) que se merece sobremanera la visita de los tres
fantasmas que le visitan esa noche. Debido a diversos traumas previos, este
personaje tampoco acepta la Navidad, por lo que decide crear un especial
navideño, basado precisamente en la misma obra dentro del universo de la
película, y conseguir aumentar la audiencia con imágenes fuertes en los spots
televisivos.
Dirigida por Richard Donner,
Paramount Pictures apostó fuerte por esta historia de la que se esperaba un
fuerte taquillazo, protagonizada por Bill Murray, Karen Allen, John Forsythe, Carol
Kane o Robert Mitchum (Entre Otros). Richard Donner llegó un poco de rebote a
esta película, según tengo entendido, una película de encargo cuya misión era
también estar al servicio de Bill Murray. El caso de este último es ya bastante
raro, ya que tras el exitazo de “Cazafantasmas” Bill Murray estuvo un poco
retirado del cine, estando unos dos años sin hacer nada entre películas hasta
que llegó a esta. La película llegó a doblar su presupuesto inicial tras su
estreno, cifras sólo en cines sin contar sus reposiciones, taquilla mundial y
ventas en VHS o DVD (presupuesto de unos 30.000.000 y recaudación de más de
60.000.000).
Una de las cosas más curiosas que
podemos encontrar de esta película es que en su momento, en muchos países (Y no
sé si también en cierta forma en Estados Unidos) fue vendida como una especie
de secuela de los ‘Cazafantasmas’ en la que la temática de los fantasmas incluida
en la película se usó para vender al público como si de una secuela de esta
mítica película se tratara. En este momento podemos hacernos una idea de la
fama que podía tener Bill Murray en esa época, ya que no sólo era una película vendida
con y para él, sino que además es la gran estrella del mismo. Bill Murray se
luce y lo da todo en una interpretación que en ciertos aspectos es
desternillante, emotiva, exagerada, contenida… Bill Murray juega con las
interpretaciones y matices de un personaje creado por él mismo (Similar en gran
medida a sus papeles más icónicos).
Danny Elfman en la BSO nos encanta
con una composición auténticamente Navideña, previa colaboración con Tim Burton
y sus estéticas navideñas. Una banda sonora llena de coros angelicales de niños
y campanas que nos conduce en el ambiente puramente navideño (Hace años me
compré la banda sonora de esta película y no suele faltar en mi casa en
Navidad).
La trama, como ya he dicho, sigue
el tema de la película y este hombre malvado, el que interpreta Bill Murray, es
visitado por tres fantasmas de la Navidad cuyo objetivo es hacer que una
persona malvada, terrible, que sólo piensa en enriquecerse y no celebra ninguna
fiesta, por lo que la misión será hacer que cambie tras enseñarle: Las
Navidades Pasadas, Las Navidades Presentes y Las Navidades Futuras. Como los
fantasmas encontramos a David Johansen (Sí, señoras y señores) como el Fantasma
de la Navidad Pasada y Carol Kane como el Fantasma de la Navidad Presente, esta
última en un desternillante papel que mantiene una relación pasivo-agresiva con
Bill Murray.
Poco más que decir de una película
creada como vehículo para el lucimiento de Bill Murray a finales de los
ochenta, pero que para nada es una pérdida de tiempo, sin duda una de las
grandes interpretaciones de esa gran obra de la literatura universal escrita
por Charles Dickens hace más de ciento cincuenta años. Absolutamente nos
encontramos ante una película imprescindible en estas fechas del año. En fin
portaos bien, ya que si no tenéis corazón y no disfrutáis de las pequeñas cosas
de la vida, como la navidad, recibiréis la visita de tres fantasmas y, a pesar
de lo guay que puede parecer en el cine, no creo que sea para nada una
experiencia agradable.
Feliz Navidad.
Este es el auténtico espíritu Navideños, según mis tíos cada año, al menos. Yo no me pierdo ni la fiesta de fin de años ni la Navidad, de las que se montan ellos solos con un par de botellas.
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