¿Os ha pasado alguna vez que algo que oís o veis, o incluso saboreáis no os gusta para nada? A lo mejor después de eso pensáis “No pienso volver a probarlo en mi vida”…
A lo mejor no os gustó porque teníais un mal día, o a lo mejor la compañía que llevabais condicionó que no os gustase… ¿O el paso del tiempo influye más de lo que creemos?
Demasiadas palabras. Lo ilustraré con ejemplos: Un día, hace un año, más o menos, me junté con algunos colegas ‘cercanos’ para ver una película en el cine. Nada en especial, simplemente nos reunimos para charlar, beber algo y, obviamente, ver una película. Entre muchas opciones (Entre americanadas para adolescentes, a buen terror disfrazado de chungo, a la copia española de ese tipo de pelis) uno de mis amigos decidió ver “Percy Jackson y el ladrón del rayo”. Es innegable que al tener entre mis opciones a Shutter Island, de Scorsese, como que no estaba muy dispuesto a elegir otra. Huelga decir que acabé cediendo a la presión de grupo y entramos a ver “Percy Jackson”. Tampoco es que me desagradase, pero gracias a ese amigo y su estúpida idea de verla, me fastidió la peli. Os podéis hacer una idea: Yo refunfuñando mientras miraba el reloj para ver cuando acababa y me tomaba una o dos cervezas luego.
Hasta hace unos días no quería oír hablar de “Percy Jackson”. Pero en casa de una ‘amiga’, que se empeñaba en verla (en DVD), cedí, otra vez, y la vimos juntos (Claro que no hace falta mencionar una manta y palomitas de microondas…).
La segunda oportunidad que le di a “Percy Jackson” fue un acierto. La película no está nada mal, y tiene algunos gags muy divertidos… Lo reconozco, su segundo visionado me gustó.
Un ejemplo de lo que os decía de cómo una compañía puede mejorar las primeras impresiones.
En otro lado, encuentro, por ejemplo, la canción Let’s Dance, de mi querido David Bowie. Recuerdo haberla oído y me pareció una canción espantosa. Sin embargo, algo cambió. Tras semanas eludiendo la canción, hubo un momento en que la canción me llegó, de una forma que no sabría explicar. Para no extenderme tanto os diré que ahora está entre mis canciones preferidas. Aunque rehuía de esa canción ‘algo’ me hizo apreciarla de una forma muy especial.
Y no acaba ahí la cosa, aun recuerdo cuando comí Pad Thai por primera vez, por alguna razón no supe apreciarlo para nada. Era el cumpleaños de un amigo y lo celebramos en un tailandés, a mi novia de esa época le encantó tanto que se comió el mío, que yo apenas probé. Años después, no era el mismo tío, no estaba con esa chica y tampoco frecuentaba a esos amigos, sin embargo en una cena con mi padre, él pidió Pad Thai y probé un poco del suyo y he de decir que después de acabar mi plato pedí Pad Thai para mí. El paso del tiempo me hizo probar algo por segunda vez y no tener la misma primera impresión.
Las segundas oportunidades valen con todo y para todos. Hay personas que no me causaron una primera buena impresión, pero el paso de los días me hizo quererlas, de algún modo.
Creo que, a pesar de lo pobres que son mis afirmaciones, está demostrado que las segundas impresiones cuentan, y mucho.
¿Tenéis anécdotas de segundas impresiones?
PD: Recuerdo que un capítulo de “Cómo Conocí A Vuestra Madre” giraba sobre este tema. Para los que queráis verlo, el enlace a MegaVideo.
http://www.megavideo.com/?s=seriesyonkis&v=JX0WPTHH&confirmed=1
No hay comentarios:
Publicar un comentario