lunes, 16 de septiembre de 2013

‘Frasier’, les escucho.

Un viejo amigo, al que he estado viendo mucho últimamente, me ha hablado mucho de una serie a la que se ha vuelto a enganchar, me ha tocado las pelotas con la serie, me ha contado chistes de dicha serie y me ha obligado a ver algún que otro capítulo de dicha serie; total, que me a mí también me ha enganchado: Frasier.
Siendo un ‘Spin Off’ (término utilizado en la televisión americana, pero que también se ha adaptado a otros idiomas, para referirse a series que nacen a partir de otras) de la mítica ‘Cheers’, ‘Frasier’ no parecía una serie destinada a triunfar en el mundo de la televisión, ya que la sombra de su serie madre era demasiado alargada y ya muy querida. Otros Spin Off, tanto recientes como antiguos, han dado fe de que cuanto más popular es una serie, menos posibilidades tiene su Spin Off. El caso de la serie de ‘Joey’ es más que evidente, usando una referencia reciente. Pero se ha dado el caso en que éste Spin Off ha resultado de una calidad equiparable a la de su madre, y en ocasiones, superarlo, y con Frasier éste es el caso (Tengo la tentación de hacer próximamente un post sobre Spin Off, lo apunto).




Trasladando la trama de Boston a Seattle (Que a pesar de que casi ningún capítulo fue rodado allí, la ciudad es increíblemente importante en la trama) Frasier comienza casi unos pocos meses después desde donde lo dejamos en la anterior: Frasier Crane (Kelsey Grammer), es un psiquiatra recién llegado a la ciudad que tiene un nuevo trabajo, una nueva casa y una nueva vida; con un programa de radio en el que hace de consejero médico como psiquiatra, un apartamento decorado con su exquisito gusto y recién divorciado, vuelve a Seattle, su ciudad natal, intentando cambiar de aires regresando a su hogar tras más de diez años en Cheers. Sus primeros traspiés llegan cuando tiene que hacerse cargo de su padre Martin Crane (John Mahoney), un anciano casi inválido que no puede valerse sólo, y volver a conectar con su hermano Niles (David Hyde Pierce), un completo desconocido (Aunque más parecidos entre ellos de lo que les gustaría, en realidad), una fisioterapeuta-asistenta británica que trabaja interna en su casa y el perro de su padre, Eddie, el plato está servido.

La trama resumida así no es que traiga a muchos espectadores, seguro estoy de no haberle vendido a nadie la moto con ese resumen, pero ya desde el primer capítulo queda patente la negra y fina comedia, de un show no tan negro y fino. Para empezar ese genial juego de roles que Daphne (Jane Leeves), la fisioterapeuta, representa en la trama. Los británicos siempre son vistos como sofisticados y refinados ante los americanos, pero en ésta historia (Y aún más cuando la familia de Daphne aparezca en temporadas posteriores) son los británicos los que quedan como paletos con acento fino, siendo los hermanos Crane los finos y pomposos. Los escarceos con la diversión sexual que siempre, hasta la última temporada, caracterizaron al personaje de Roz (Peri Gilpin), las divertidísimas llamadas de los loquísimos habitantes de Seattle, el extremo contraste de los hermanos Crane y su padre. Las continuas conversaciones y comentarios sobre Maris Crane, la esposa de Niles durante las primeras temporadas, que es quizás uno de los mejores personajes de la historia, caracterizándose, sobre todo, por tratarse de un personaje ‘Fantasma’, pues jamás vimos a Maris en pantalla (Sin duda Maris es el mejor personaje fantasma de la historia de la televisión, sino me creéis, tendréis que ver la serie).



Los secundarios de la KACL (La radio en la que Frasier trabajaba) no se quedan atrás, y si bien en las primeras temporadas habían muchos (Chopper Dale, el Padre Mike, La Cuenta Cuentos) los que quedaron y repitieron hasta el final fueron: Bulldog, un Dan Butler riéndose de sí mismo y de su condición sexual, sobre todo en las primeras temporadas, y quizás uno de los mejores secundarios; Tom McGowan como Kenny Daly, el director de la historia; Edward Hibbert como un genial Gil Chesterton el crítico gastronómico de la emisora y tan amanerado que cualquiera diría que es homosexual, a pesar de que siempre hablaba de su mujer (A quien cambiaba de profesión continuamente); y Patrick Kerr como el genial e increíble Noel Shempsky, a caballo entre la idiotez y el autismo, Trekkie orgulloso eternamente enamorado de Roz y genial en sus pocos, pero deliciosos momentos divertidos.

El café ‘Nervosa’ es el otro gran protagonista, en menor medida, junto a la emisora y la casa de Frasier el tercer gran set de rodaje de la serie. El nexo de unión entre los personajes de la emisora y los personajes del círculo personal de Frasier, demostrando el esnobismo de Frasier y su hermano. Hay tantas cosas de las que hablar sobre la serie que quizás es mejor que veáis esta genial obra, porque seamos sinceros, es muchísimo mejor que Cheers, increíble que no tenga tanta tirada como ella. Al nivel de la mítica Friends y en mi opinión, una de las mejores comedias de la historia de la televisión, en el mismo pedestal que Seinfeld, Cosas de casa y Friends. A reivindicar, gente, por favor, ¡Por favor!, revisionad o visionad por primera vez esta magnífica serie.




PS: Muchos capítulos a reivindicar, pero os enlazo dos escenas que hay por youtube que son quizás, de los momentos más divertidos de la historia de la TV, me repito. Frasier es genial. Gracias Javi.
Impresionante David hyde Pierce en estado de gracia, un genio de la comedia.

Frasier crando el 'Tema' de cabecera para su show de radio, un genio incomprendido.

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