Y
lo prometido es deuda y voy empezando con mi análisis de los psicópatas del
cine de David Fincher. Y comienzo a lo grande con una de las películas
referentes de mi filmografía, a mi parecer, sin duda alguna, de las mejores
películas de la filmografía universal, una pieza imprescindible para todo
cinéfilo y fan del cine. Vamos allá.
Recuerdo
que corría el año 2004 y en Telecinco decidieron echar un especial de Brad
Pitt, y entre las películas que echaron en ese momento estaban: ‘Se7en’, ‘Siete
Años En El Tibet’, ‘Leyendas De Pasión’, ‘ Spy Game’ y ‘El Club De La Lucha’
(Seguramente echaron alguna más, pero no recuerdo cuáles fueron). Y fue en
Abril, más o menos, cuando yo era aún un adolescente cuando por la tarde estaba
viendo yo ‘El Club De La Lucha’ y… obviamente cambió mi forma de ver el cine (Y
fue la tercera o cuarta vez que me pasaba eso, después de ver ‘Jackie Brown’, ‘Pulp
Fiction’ y ‘El Mariachi’, de eso ya hablaré algún día, pero no creo que importe
mucho). Tras esa película me hice fan absoluto de David Fincher y de Brad Pitt,
a quien consideraba sólo un actor más del panorama. Pero a partir de ahí mi
vida cinematográfica cambiaría para siempre.
Comenzamos
desde la mente del asesino, vemos su sinapsis y nos desplazamos por su mente
desde dentro hasta salir fuera por uno de sus orificios para el sudor (O como
coño se llamen), nos desplazamos por sobre su cara y apreciamos que está siendo
apuntado por un arma. Dos hombres hablan en una planta de un edificio
contemplando la panorámica, esperando un gran acontecimiento. La situación es
extraña e incoherente, comenzamos desde en medio y un narrador, que sabemos que
es Edward Norton, nos cuenta cómo ha llegado hasta esa situación desde el
principio. Insomnio, una vida rutinaria y pocas ganas de vivir nos conducen por
una trama que huele a Thriller, pero que en realidad es más cómica de lo que
parece, el humor es tan negro que si apareciese alguien muerto culparían a esta
película (Le robo esa frase sobre esta película a mi amigo Javi, que adora esta
jodida película).
La
técnica de David Fincher es exquisita, increíble, maravillosamente bella,
deliciosa… sus planos lentos, cortos y pensados, manipulados y montados con una
perfección inusitada hacen de cada cisionado una experiencia casi orgásmica, y
el hecho de que esté basado en un guión cuya trama es jodidamente genial, hace
de esta película algo que realmente vale la pena. No sé, a ciencia cierta, la
cantidad de veces que he visto esta película, la tengo en vídeo, tres ediciones
en DVD, otra en Blu-ray, ediciones
digitales… tengo un libro sobre la trama, pero está basado en el guión de la
película y no sé si cuenta. Eso no lo he mencionado, todo este entramado está
basado en una obra de Chuck Palanhuik que escribió casi como una broma, que al
final terminó convirtiéndose en una novela por capítulos que llevo años
buscando por las librerías. En una ocasión lo encontré en ‘El Corte Inglés’ de Murcia, pero fue en un viaje rápido que no
llevaba dinero ni mis tarjetas… aún me arrepiento de no haber podido
conseguirlo en ese momento.
Esta
historia lleva condicionando mi forma de hacer películas (Sí, sí…) desde
siempre que intento hacer algo sobre personalidades y cosas en ese plan, tarde
o temprano siempre termino basándome en esto y termino por tirarlo.
David
Fincher consiguió crear una película perfecta que en su momento le fue como el
culo en la taquilla, no consiguió dinero, pero se transformó en una película de
culto desde el principio.
Otra
cosa que aún resuena en mi cabeza cada vez que la escucho es ‘Where is My Mind’
De Los Pixies. Siempre que escucho esa canción creo que en realidad habla de la
locura y de los trastornos mentales, no sobre cómo relajarse o vacaciones en el
Caribe. No. Esa canción habla de la locura, y David Fincher lo entendió desde
el principio, por eso la puso en los créditos (‘Las Aventuras De Sebastian Cole’
de Tod Williams también la usó, unos cuatro años antes que Fincher, pero
Williams no entendió la canción, sólo le pareció Guay).
Una
de las grandes cosas que esta película ofrece es la gran y perfecta vuelta de
tuerca final. En una ocasión escuché (Y no recuerdo dónde, o si me lo dijo un
profesor en la Universidad o si lo escuché de alguien o leerlo… no sé) que lo
mejor de las vueltas de tuerca, de las sorpresas finales del cine, es que los
finales sorpresa sólo son buenos cuando estos no son del todo necesarios para
comprender la película, ¿Lo entendéis? A ver, un buen final sorpresa debe de
tener independencia de la película que ver y debe ser un añadido. Muchas
películas poseen finales sorpresa, pero si le eliminamos esa vuelta de tuerca y
dejamos la película sin eso, esta pierde, si a ‘Los Otros’ o ‘Abre Los Ojos’ (Lo siento
Amenábar), incluso ‘9 Reinas’ o ‘Trance’ les quitamos esa sorpresa estas
películas carecerían de sentido. Puede parecer absurdo y lo podríamos decir de
todas las películas, ¿No?, pues no. Si a ‘Doce Monos’, ‘El Sexto Sentido’ o ‘El
Bosque’ les quitamos su gran vuelta de tuerca, estas seguirían siendo grandes
películas, porque no están condicionadas por esa sorpresa final, ¿Tengo razón? ‘El
Club De La Lucha’ seguiría siendo una película genial si le retiramos esa sorpresa.
(Sí, ‘The Game’ peca de ese problema de Amenábar).
Todo
esto es porque es verdad, los finales que condicionan las películas no están
hechas para verlas más de una vez porque pierden, si vemos esas películas de
Amenábar u otras una segunda vez ya no
es lo mismo. ‘Doce Monos’ o ‘El Club De La Lucha’ (Y otras más como las
mencionadas antes) están hechas precisamente para verlas muchas veces. Cada
detalle de ‘Doce Monos’ nos indica que viven en bucle continuo de viajes en el
tiempo. Cada detalle de ‘El Club De La Lucha’ nos da pistas de la verdad, nos
dice lo que pasa y lo que va a pasar, en serio, cada detalle hace que el
visionado sea de una riqueza delicada que nos demuestra lo bien hilada que ha
estado hecha esta película.
‘El
Club De La Lucha’ es una película perfecta, una película que ningún mortal
debería perderse jamás, tanto por si le gusta, como si le desagrada y la odia. Un
visionado obligado para cualquier amante del cine. Desde ya, si no la habéis
visto no deberíais haber leído esto. ‘El Club De La Lucha’ es la película
referente sobre trastornos mentales. Aún recuerdo que insistí mucho en esa
época de verla en el instituto cuando estábamos en psicología, filosofía o
ética. Podíamos ver ‘Balde Runner’ o ‘La Naranja Mecánica’, ‘GATTACA’, ‘Inmortel
Ad Vitam’ (Sííííííí…), ‘El Exorcista’, ‘La Pasión De cristo’, pero no ésta…
cuanta incultura cinematográfica…
Esta
es una película que para mí es una de las cuatro que me cambiaron la vida y la forma
de ver el cine. Una de las películas que me hicieron ver el cine de una forma
muy diferente, su final me hizo estar pensando en él durante años (Aún hoy sigo
pensando en ese puto giro final), y su realización me acojona cada vez que la
veo. Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonhan Carter están perfectos,
increíbles en sus papeles, de los mejores casting (Aunque eso es algo que
Fincher siempre mantiene muy alto en todas sus películas) de sus películas.
David
Fincher en estado de gracia. Desde luego me hubiese gustado haberla visto en pantalla
grande en su momento, pero claro aún era algo joven como para haber podido, de
todas formas espero algún día un reestreno o algo por el estilo. En fin. Os
digo ahora que no sé qué película de David Fincher hablaré la próxima vez que
siga con este especial. Así que será una sorpresa para todos. Empezamos a lo
grande.
PS:
Un amigo hizo un homenaje a los trastornos mentales y ‘The Pixies’ con la
película ‘Shutter Island’, algo genial. David Fincher es el Dios del cine
actual, hay que aceptarlo.
Muy guay, Scorsese es también un jodido crack...
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