La verdad es que ‘Friends’ es una de las mejores series de los
años noventa, y no sólo eso, es ya una de las mejores series de todos los
tiempos. Así, sin más. Cada una de sus temporadas es ya antológica,
impresionante y muy recordable; de hecho cuando pienso en algunos capítulos en
los que cada momento del mismo parece exquisitamente orquestado para mantenerse
en un punto que parece rayar entre lo anecdótico y lo imprescindible, entre lo
pasajero y lo imprescindible, entre la brillantez y la más absoluta intrascendencia…
cada capítulo de esa gran serie, por muy nimio que pudiese parecer, era un capitulazo,
algo que sé reconocer. Algo que me gusta.
Es
por eso que creo que una serie como ‘Joey’, Spin Off de la misma, no funcionó,
a pesar de la excelente calidad que sus capítulos desprendían de sus entrañas.
Es difícil definir una razón lógica, coherente y que se sostenga por sí misma
para explicar el batacazo que se llevó esta serie, pero seremos expeditivos, ya
no existía ‘Friends’, y muchos quedaron huérfanos, entre los que me incluyo
absolutamente. Eso ocasionó que la gente viese este intento de mantener un
personaje en pantalla pero olvidándose de los demás de forma abrupta como casi
un insulto. Como si tus mejores amigos se fueran para no volver jamás, pero uno
de ellos volviese al poco y le vieses quedar con nuevos amigos, tener nuevas
aventuras y nuevos “amoríos”, queramos o no, no será lo mismo, tendremos
añoranza y desearemos no ver demasiado a ese amigo...
Ese
es sin duda el gran problema, ya no existe ‘Friends’, pero tenemos a Joey… tras
los acontecimientos del último capítulo, Joey (Matt LeBlanc) decide coger un
avión y dirigirse hacia Los Ángeles, a continuar con su carrera de actor de una
forma más profesional en Hollywood. Coincidentemente allí tiene a una de sus
hermanas, que tras quedarse embarazada a los dieciséis años se va de su casa
cambiando de aires a criar a su hijo lejos de su familia; Gina (Drea de Matteo)
y Michael (Paulo Constanzo), hermano y sobrinos de Joey, respectivamente, son
la nueva “familia” (Curiosa estas comillas) de Joey. Allí conocerá a otros
personajes como Alex (Andrea Anders, Pareja sentimental de Matt LeBlanc en la
vida real) que será un futuro interés amoroso de Joey o Howard (Ben Falcone)
ambos vecinos de la nueva casa de Joey en Los Ángeles.
El
humor es, en cierta forma, bastante similar al que se suele ver en ‘Friends’,
un humor absurdo y tonto, incluso entrañable y tierno (Valga la redundancia)
pero, una cosa la diferencia de ‘Friends’ y también de otras muchas, y son las
aventuras de Joey en Hollywood, con sus respectivas críticas hacia la forma en
la que el negocio del cine funciona, hacia cómo son por dentro los rodajes de
series o películas, y los cameos de famosos, tanto interpretándose a sí mismos,
versiones excéntricas de sí mismos o a personalidades ficticias del medio. Esto
era algo de relativa novedad, y tuvimos que esperar hasta ‘El Séquito’
(Entourage) para ver algo similar y más serio, pero desde luego es uno de los
puntos fuertes de la serie (Aún recuerdo el cameo de Kevin Smith o Lucy Liu,
desternillante).
El
gran punto crítico de la serie y que proporciona todos estos chistes, bromas y
críticas a Hollywood es Jennifer Coolidge, cuyo personaje, Bobbie Morganstern,
es la agente de Joey, quien lleva su carrera, y sin duda alguna el mejor de
todos los personajes de la serie, tan loca, drogadicta, excéntrica, y en
general increíble de la serie. Cada vez que tiene una aparición podemos ver lo
genial de sus apariciones: sui enamoramiento con Michael, sus continuas dietas,
su alcoholismo… genial, sin duda.
Duele
pensar que esta series bastante buena fue un auténtico fracaso tras su primera
temporada, el público no aguantó a Joey más de dos temporadas a pesar de que
destilaba una calidad inusitada, una obvia ingeniería maestra cuya precisión en
el mundo televisivo se vio opacado por la sombra aún más genial y gigante de su
serie Madre, algo que en realidad es más común de lo que parece y que en los
últimos años ha sido pan nuestro de cada día, pero la verdad es que a pesar de
los malos shares que cosechó hay que reconocerle cierta excelencia al ser
pionera en los que ‘El séquito’ tardó un año en conseguir y varias temporadas
en asentar: las críticas y bromas hacia el Hollywood mismo, desde el mismo
Hollywood.
No
puedo acabar esto sin mencionar una apreciación. La nueva serie de Matt
Leblanc, ‘Episodes’, serie que gira alrededor de Matt LeBlanc mismo, que tras ‘Joey’
acaba en un ‘Remake’ de una serie Británica en Estados Unidos (…), habla
exactamente de los mismos temas que he sacado a relucir, tanto con ‘Joey’ como
con ‘El Séquito’, las críticas soeces y serias hacia la forma en la que
Hollywood suele funcionar, curiosamente todas ven a Hollywood como un mundo aparte
en la que los famosos son excéntricos, vanidosos, drogadictos, obsesos sexuales
y avariciosos, que trabajan en un submundo de los medios de comunicación,
siendo esas personas en las que no confiaríamos del todo en el mundo real,
quienes nos representan en la ficción. Algo de metalenguaje nunca está de más.
Joey, yo te quiero y aprecio.
PS: Una cosa que sí le reprocho son las escasas referencias a la serie original, no digo cameos (Que creo habrían funcionado de forma excelente) si no hablar un poco de su pasado, a lo más que se llega es a mencionar a Chandler en un capítulo y en otro en el que Joey decía que sólo se habían enamorado una vez, pero que era la chica de su mejor amigo. Alguna referencia a 'Friends' Habría sido de agradecer, pero es mejor darle identidad a la propia serie... en 'Frasier' funcionó y no hubo homenajes ni referencias a 'Cheers' hasta la tercera temporada.
Nostálgico en varios sentidos.
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