En
primer lugar, y para puntualizar, he de decir que el juego me ha parecido
jodidamente genial, una puta obra de
arte. Pero tras tanto tiempo de Espera (¿Anuncio Oficial en 2011?), y re
visionar casi todos los GTA previos he de decir que el gusto que me ha dejado,
si bien es un exquisito gusto, ha sido un poco amargo. Procedo a explicarme.
Si
una cosa caracterizaba a la saga, sobre todo desde la tercera entrega, era la
de ser un mindundi en medio de un lugar semi-desconocido
al que acceder es difícil desde el principio. Puentes cortados, en construcción
o peligros naturales eran los principales obstáculos para movernos libremente
por el mapeado. El hecho de ser un “Recién Llegado” limitaba nuestros
movimientos en casi todos los aspectos, y cientos de misiones en las que
teníamos que obedecer a una panda de lunáticos ha sido el Leitmotiv principal
de ésta saga. Claude era un ex convicto que acaba de escapar de la cárcel,
Tommy Vercetti perdía todo su dinero en un intercambio que salía mal en una
ciudad nueva, Carl Johnson volvía a casa después de que su madre fuese
asesinada por las bandas locales (Incluso eso de llegar a un lugar nuevo se
repetiría constantemente en San Andreas), Toni Ciprianni volvía a casa después
de un largo exilio siendo degradado por su jefe a simple matón, Victor Vance se
alistaba en el ejército para ayudar a su hermano y ganar algo de dinero, Niko
llegaba a Liberty City en el Platypus sin un duro para encontrarse con mentiras
y bajos fondos… Johnny Klebitz y Luís López no empezaban tan de cero, pero el
principio era el mismo (Ahí está el germen de éste nuevo GTA, por cierto).
Incluso Red Dead Redemption se regía por éstas mismas normas, sin ser del todo
un Grand Theft Auto (Como mucho un Grand Theft Horses). En ésta nueva entrega todo eso queda atrás
para ofrecernos una historia diferente en prácticamente todos los aspectos.
El mapeado, el más grande creado
por Rockstar, está abierto desde el principio,
ofreciéndonos total libertad para recorrerlo nada más empezar. Las misiones de
presentación y todas esas en las que sólo hacíamos encarguillos menores para
algún jefe de la mafia han desaparecido (Ni siquiera he visto las clásicas
misiones secundarias de asesinar objetivos irrelevantes), la sensación de ser
un Don Nadie en medio de un entorno hostil ya no existe. Sentirse inseguro por
no tener dinero en el bolsillo para comprar casas o ropa no es más que un
lejano recuerdo de historias pasadas que ya no parece querer recordar ningún
pordiosero. Quizás peco de nostálgico (Estoy absolutamente seguro de ello) pero
esa era para mí la esencia Grand Theft Auto. Contaban la misma historia siempre,
de una forma que cada vez que lo hacían era de forma única y memorable: Ser un
mierda en Vice City en mitad de los 80’ mientras suena Michael Jackson por la
radio; sentirse como un pringado y pasearse por entre los disturbios de Los Santos
escuchando la nueva canción de 2pac por la radio; Recorrer Liberty City como un
pardillo mientras la banda sonora de Scarface suena en la mismísima radio; o
recorrerla otra vez como si fuera la primera vez, sin un duro en el bolsillo
mientras quedamos con nuestro primo para jugar al bowling… Y acabar exhausto
tras días sin saber qué coño hacer sintiéndote el rey del mundo tras conseguir
diez de los grandes por un trabajillo extra. Esos recuerdos no tienen precio, y
siempre me quedarán las otras aventuras para sentirme así.
Quizás
soy demasiado exigente, porque he de reconocer que el juego me ha gustado un
montón, recuerdo cómo se me erizaba el vello al empezar el juego en una misión
en un terreno completamente nevado mientras los personajes conducían a toda hostia
deslizándose por la nieve para escapar de la policía (Los de Rockstar podrían
hacer un juego de atracos y dejar en pañales a cualquiera, pero son unos cracks
y prefieren ofrecernos cosas mejores). El hecho de empezar no del todo de cero
tiene su encanto, de todas formas, y que los personajes no sean unos capullos
solitarios es un tanto refrescante (Aunque he de reconocer que el exceso de
sociabilidad de Niko, de la cuarta entrega, era a veces, desquiciante), aunque
no sé si yo, si esto me parecería bueno en futuras entregas. Me ha gustado lo de cambiar entre Michael, Trevor
y Franklin, pero no estoy seguro de querer repetir la misma experiencia en GTA
VI, por decir algo. Ha estado bien esta vez ¿Hace falta repetir?
La
ciudad de Los Santos me ha parecido absolutamente espectacular, de un realismo
inusitado y una complejidad desbordante (Soy completamente incapaz de
orientarme aún por Los Santos). En un principio el supuesto gran tamaño que
prometían los de Rockstar no me pareció gran cosa, incluso llegué a pensar que
el de Red Dead Redemption era más grande, pero replanteándomelo todo, recorrer
Los Santos en un caballo que no supera los 40 por hora es muy diferente a
hacerlo en un deportivo que va a 150 o un avión que sobrepasa los 200… a pie no
llegaríamos a ningún lado, y eso demuestra su inmenso tamaño.
Aunque
me ha encantado la ciudad (Los Ángeles es mi ciudad preferida de Estados
Unidos) he de decir que esperaba que éste GTA estuviese ambientado en Vice City
(Grand Theft Auto Vice City es mi GTA preferido sin lugar a dudas, por su
ambientación y ciudad), no en los 80, pero volver allí habría sido genial. Sin
embargo los de Rockstar decidieron quedarse en la zona, tras el increíble LA
Noire, y en la nariz me da que fue porque ya tenían medio trabajo hecho con la
ciudad, gracias a éste. Vice City habría sido Genial y la V les habría venido
al pelo, pero de todas formas todo está bien en Los Santos.
Los
personajes son también increíbles. Trevor,
sin duda, entrará en el museo de los mejores personajes de la historia de los
videojuegos, un crack de la vieja escuela (La misma de Tommy, Toni o Carl)
que sería capaz de llevar el peso de la trama el sólo si fuese el único
protagonista. Michael es también increíblemente entrañable, es la voz de la
razón, el pepito grillo de Trevor y el que aporta los momento más entrañables
(Su familia se merece un capitulo a parte para ellos solos). Franklin es el más
flojillo, recuerda demasiado a CJ y hace que le extrañemos. Aunque pone una
nota de color y bajos fondos de la zona que hace todo mucho más placentero. He de
decir que me he alegrado que no se tomasen tan en serio esta vez la historia,
ya que GTA IV fue demasiado dramática, demasiado realista, y un GTA es cualquier cosa excepto realista.
Pero los de Rockstar querían demostrar que son capaces de hacer una buena y
seria historia en un GTA, y una vez demostrado pues volvemos al terreno con un
personaje tan excesivo como Trevor. Algún secundario, eso sí, me sobró un poco,
no conseguí tragar a Lamar, amigo de Franklin, y las compañías de Trevor no me
llegaron a cuajar mucho, pero bueno, actores secundarios, sentimientos
secundarios.
Mi
decepción con éste juego es que la esencia de los demás GTA se ha visto
ensombrecida por la evolución obvia, es bienvenida siempre, pero el gusto de
las anteriores entregas aún me repiten por dentro y la esperaba, a pesar de
todo, la esperaba.
De
todas formas mis quejas no son más que quejarme de lo lleno que me ha dejado
GTA V, y quizás la historia principal se hace algo corta, al no existir
misiones ‘De Relleno’, pero con los extraños, el gigante mapa, las actividades,
el cine… se puede alargar aun un par de meses, y en cuanto GTA Online aparezca volveré a estar enganchado fijo.
Concluyo
con que es sin duda uno de los mejores
GTA que Rockstar ha hecho, es un GTA que pasará a la historia y quizás por
muchos años, al igual que todas las entregas anteriores, será un juego
referencia no sólo en su género, sino en su generación.
A
mí me ha decepcionado porque soy un puto nostálgico ávido de la misma aventura
de siempre, el gilipollas soy yo. Pero todos aquellos que hayáis sentido una
ligera decepción estaréis en el mismo punto que yo, ante un gigantesco juego,
pero esperando algo que aún no sabéis qué es. Tienes lo que quieres, pero aun
así no eres del todo felíz, no estás contento al tenerlo todo, una sensación de
vacío al llenarla con algo grande… así me siento yo. Pero dejo puntualizado lo
siguiente: Grand Theft Auto V es
jodidamente genial, y no hay mejor cosa en este mundo, que un juego genial
con algún defectillo que te haga comentarlo mucho más tiempo y querer volver a
revisionar sus entregas pasadas. Un juego perfecto, diría yo.
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