Sergio Leone dijo que el western nos pertenece a todos como género, pues representa temas universales cómo el amor, la avaricia; además de presentar a personajes que son de igual forma universales. No recuerdo si eso fue lo que dijo exactamente o me lo estoy inventando, pero desde luego me suena.
¿Quién pensaría en Hollywood que un director italiano, con apenas presupuesto y con un actor americano casi desconocido rodaría una película que cambiaría, no solo la forma en que ellos concibieron su género por excelencia, sino que cambiaría para siempre el concepto de héroes y cine de acción? Nadie lo vaticinó.
Siempre que se piensa en cine de acción (Y con esto me refiero a disparos y escenas con vehículos en los que se pasan las leyes de Newton por el forro de los cojones) se piensa en cine americano. Con directores como John McTiernan o John Carpenter (Muy de película en película) como máximo exponente, cuyos héroes van desde Schwarzenegger a Chuck Norris, mientras por el camino nos pillamos a Stallone y Kurt Russell (Y otro cientos que está ahí y siempre estarán). No estoy seguro de si el cine acción es un género inventado, por así decirlo, por el cine americano, aunque desde luego fueron de los primeros en hacer películas de esos géneros. El western es uno de los primeros géneros del cine, en el que desde sus inicios primaban los bandidos, héroes y revólveres como centro de atención.
Con esto quiero decir que el cine de acción es un género que casi se podría decir que es estrictamente americano, sin embargo siempre ha habido grandes soñadores que, pretendiendo emular a esos ‘héroes’, llegaron incluso a mejorar lo que ellos mismo inventaron. Sergio Leone es un excelente ejemplo. Su trilogía del dólar cambió el cine de acción de la época y al cine para siempre. En Asia, con la excusa de las artes marciales, hicieron lo propio con personajes como Bruce Lee y Sony Chiba, quienes cambiaron el cine de acción llevándolo a otro extremo en el que ya no era necesario usar armas, sino que un solo hombre y su extraordinario poder (…) era el eje de la acción. Con el paso del tiempo todos esos cambios se han ido mezclando hasta el punto de que ya no es extraño para nadie ver disparos y ostias al mismo tiempo en cualquier película de acción.
El cine francés, en determinadas ocasiones, y Luc Besson tiene casi toda la culpa, ha creado películas de acción que nada tienen que envidiar a las realizaciones americanas en ese campo. Transporter, Nikita, Leon, Taken han sido alabadas como excelente películas de acción fuera de estados unidos. El infravalorado Robert Rodriguez sorprendió a propios y extraños con una película de acción de bajísimo presupuesto, allá por lo noventa. El mariachi fue una sorpresa para todo el mundo demostrando que el cine de acción podía ser realizado incluso con un presupuesto ridículo, y ser al mismo tiempo competente (Vale, sé que Rodriguez es americano, pero su ópera prima no lo es. Aquellos que hayáis leído su libro o seáis fans lo entenderéis)
Desde hace unos meses (Años en realidad) ha habido una pequeña pero excelente hornada de películas no americanas de acción que han triunfado incluso dentro de ese mercado. Las brasileñas Tropa de Élite y Tropa de Élite 2 (ésta última posible candidata a los Óscar a la mejor película extranjera) de José Padilha han sido todo un éxito (He leído incluso que este hombre se hará cargo de la nueva versión de Robocop).
La reciente The Raid de Gareth Evans ha hecho tanto ruido que quieren que este realizador se mude cuanto antes a Hollywood, quien prefiere hacer antes su secuela, que bienvenida sea. Mandrill, película chilena sobre un caza recompensas inspirado en James Bond, o Mirageman, también chilena (Ambas, por cierto, de Ernesto Días Espinoza), que homenajea al cine oriental de artes marciales y al americano de superhéroes son sendos descubrimientos de que el cine de acción no es tan americano como muchos se esmeran en pensar. La española REC 2 pasó de los sustos de su antecesora y prefirió deslizarse un poco más por el cine de acción (La explicación de los zombis la dejo para otra ocasión)
Aun no he podido ver The Raid, a mí no me invitan a los festivales de cine y coger entradas en estos tiempos en que el dinero no sobra, precisamente, no es muy viable para mí. Aun así concluiré que el cine de acción que se hace últimamente fuera de estados unidos está acaparando la atención más de lo habitual (Los fans del cine oriental quizás me den de ostias hasta que me retracte), pero con películas de calidad como muchas de las que he hablado es perfectamente normal. Quizás el cine de acción sea americano, pero con países con grandes tradiciones en el género como muchos asiáticos, o impresionantes películas de este género hechas en otros, qué más da de dónde sea el género. Lo mismo ha pasado con el Western y ya para nadie es raro que en España, Alemania e Italia se hiciesen muy buenos westerns.
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